El Espiritismo, como ciencia, descubre la Psicología Profunda, la Psicología Experimental y la Psicología Positiva antes que la ciencia convencional. Descubre que hay causalidad para enfermedades somáticas y psicológicas asociadas al pensamiento del individuo (Enfermedades psicosomáticas), a experiencias reencarnatoria pasadas (Trastornos de vidas pasadas), a la acción de Espíritus desencarnados que se asocian malsanamente con nosotros, los seres humanos, por razones diversas (Obsesión Espiritual), a asuntos dejados sin resolver con personas cercanas que han fallecido (Síndrome del asunto pendiente) y a los trastornos naturales asociados al desarrollo de la capacidad mediúmnica en ciertas personas (Síndrome del desarrollo mediúmnico). Descubre, de igual manera, formas de tratar dichas condiciones de forma efectiva y racional.
La psicología positiva espiritista
Los hallazgos científicos, filosóficos y morales obtenidos por el Espiritismo favorecen estados mentales positivos en sus seguidores que les permite enfrentarse de forma constructiva ante los eventos de la vida, ya sean positivos o negativos. Ellos se convierten en instrumentos de fortaleza, esperanza y resiliencia ante las adversidades de la vida encarnada. Esta visión positiva de la vida impacta favorablemente la salud física, emocional, social y ambiental del espiritista. Veamos algunos ejemplos a continuación:
1. Saber que soy un Espíritu con un cuerpo físico
Me hace entender que mi cuerpo físico es mi instrumento de expresión en esta dimensión física y que necesito cuidarlo, atenderlo y preservarlo lo más saludablemente para que me sirva lo mejor posible (Salud Física).
Entiendo que mi salud física está directamente relacionada con mi medio ambiente natural y con la utilización responsable de nuestros recursos naturales, estimulando un estilo de vida cónsono con la conservación de nuestro medio ambiente natural. (Salud Ambiental)
Yo, como Espíritu, tengo capacidad natural de percepción extrasensoria, psicoquinesia e ideoplastía. Estas capacidades las manifiesto libremente cuando estoy desencarnado y puedo manifestarla con variado grado de dificultad cuando estoy unido a mi cuerpo físico que sirve de limitador de las mismas. Demostrar estas capacidades en mi vida diaria NO ES señal de anormalidad. (Salud Mental)
La muerte de mi cuerpo físico representa mi liberación como Espíritu de sus limitaciones y ataduras. Mi cuerpo se descompone en sus elementos constituyentes y Yo sigo mi vida en una dimensión no física (la dimensión espiritual) conservando mi individualidad y mi conciencia. Desaparece la angustia ante la muerte. (Salud Mental)
2. La certeza de la vida después de la muerte y la veracidad de las penas y recompensas futuras
· Entonces es lógico que debo vivir la vida presente (que es de corta duración) en favor de mi vida futura (que es infinita)[1] facilitando conductas altruistas y fraternales. Visualizamos que no debemos sacrificar hoy nuestra dicha futura dedicándonos solo a los goces del presente, que no debemos dar importancia excesiva a los bienes materiales y la búsqueda de títulos y honores que tanto excitan la codicia, la envidia, los celos, la vanidad y el egoísmo en nosotros. (Salud Social)
· La prueba, por el ejemplo de los Espíritus comunicantes, de que la suma de la dicha en la vida después de la muerte del cuerpo físico está en razón del progreso moral realizado en uno mismo y del bien hecho a nuestros semejantes en la vida terrestre, y de que la suma del sufrimiento está en razón de los vicios y malas acciones, infunde en nosotros una tendencia natural a hacer el bien y evitar el mal (Salud Social).
· Ante lo infinito y grandioso de la vida de ultratumba, desaparece la terrestre como el segundo ante los siglos, como el grano de mostaza ante la montaña. Todo se vuelve pequeño, mezquino y se admira uno mismo de la importancia innecesaria atribuida a cosas efímeras y pueriles de esta vida. Se elimina el consumismo desenfrenado. (Salud Social)
· Entendemos la temporalidad pequeña de las vicisitudes, sufrimientos, enfermedades y desengaños de esta vida, permitiéndonos enfrentarlos con calma, serenidad y alejándonos de la desesperación, la locura y el suicidio. (Salud Mental).
. Se establece que las penas después de la muerte no son irremisibles, perpetuas y absolutas, sino que se ajustan al grado de infracción y cesan con el arrepentimiento y la reparación. No hay “Cielo”, ni “Infierno”, ni “Penas Eternas”[2]. Se elimina el miedo a la muerte y los traumas asociados a ella. (Salud Mentalconciencia de que somos una manifestación de Dios en evolución, reencarnando en pluralidad de mundos habitados del Universo, en vías de la perfección:
· El hombre sabe de dónde viene, hacia dónde va, por qué está sobre la Tierra, por qué sufre en esta vida temporalmente y comprende que la justicia de Dios todo lo penetra[3]. La sensación de soledad y desesperación desaparecen. (Salud Mental)
· Con la reencarnación los hombres se reconocen solidarios con respecto al pasado y el futuro. Desaparecen los prejuicios de razas, castas y sexo, ya que el mismo espíritu puede renacer alternativamente rico o pobre, gran señor o proletario, patrón o subordinado, libre o esclavo, hombre o mujer. Se fundamenta el principio de la fraternidad universal y sobre ésta los principios de igualdad, justicia y libertad. (Salud Social)
3. El entendimiento de que solo Yo soy responsable de mi progreso
· Todas las Almas tienen un mismo origen, surgiendo iguales y con idénticas aptitudes para progresar, en virtud de su libre albedrío; que todas son de la misma esencia y que la única diferencia entre ellas es la del progreso alcanzado en virtud de su propio esfuerzo; todas tienen el mismo destino y lograrán igual meta, en mayor o menor lapso, según el trabajo y la buena voluntad que pongan en la tarea. (Salud Mental)
· Utilizando nuestro libre albedrío vamos tanteando nuestra ruta evolutiva, canalizados por la justicia de la ley de acción y reacción, siempre aprendiendo por la experiencia propia y en constante renovación cognoscitiva y ética. Hoy cultivo lo antes sembrado y riego lo por venir. (Salud Mental)
4. La realidad de que soy más que mi personalidad de ahora
· Conociendo la preexistencia del Alma, sabemos que el hombre trae consigo al renacer el germen de las imperfecciones y defectos que no ha corregido y que se traducen en instintos innatos y tendencias determinadas hacia tal o cual patrón de conductas negativas. (Salud Mental)
· De igual manera, traemos progresos intelectuales y morales adquiridos en nuestro pasado reencarnatorio que se manifiestan al renacer en capacidades y cualidades innatas que nos facilitan nuestro desempeño. (Salud Mental)
Terapia Mente-Cuerpo
Al reconocer al ser humano como un Espíritu encarnado en un cuerpo, el Espiritismo establece que el cuerpo físico es el instrumento de expresión del Espíritu. El Espíritu es la inteligencia que se expresa a través del cerebro y, por lo tanto, ejerce control sobre él, y a través de él, sobre el resto del cuerpo utilizando una acción psico-neuro-endocrino-inmunológica. Podemos, utilizando técnicas especiales, potencial conscientemente nuestra capacidad como Espíritus para interaccionar con nuestro pensamiento sobre nuestro cerebro, y a través de él, sobre nuestro cuerpo, para afectar directamente nuestro estado de salud. Algunas de estas técnicas especiales son: la oración dirigida, la meditación, la visualización, la relajación y la auto hipnosis. Usada para el tratamiento de enfermedades psicosomáticas.
Terapia de regresión
Esta terapia está basada en el hecho de que todos hemos tenido vidas reencarnatorias pasadas. Hemos desempeñado múltiples personalidades, vivido en diferentes lugares y experimentado sinnúmero de experiencias y circunstancias en esas “vidas pasadas”. Todo ello forma parte natural de nuestro acervo como Espíritus en evolución. Todo está presente en nuestro banco de memoria espiritual. Ahora, en el momento de nacer a nuestra vida actual, toda esa información está con nosotros, pero a un nivel profundo de nuestra subconsciencia. Parte de esos recuerdos afloran a nuestro consciente pero usualmente de forma sutil y disfrazada, condicionando indirectamente muchas de nuestras respuestas ante las circunstancias de nuestra vida actual.
En ocasiones esos recuerdos que afloran a nuestra conciencia, pueden estar asociados a experiencias traumáticas de nuestro pasado reencarnatorio, afectando patológicamente nuestra conducta de hoy, llevándonos a patrones de conducta desajustada como miedos y fobias inexplicables, tendencias incontrolables hacia ciertos patrones de conducta, y psicosis (Trastornos de vidas pasadas). A través de la terapia de regresión la persona es llevada por medio de la hipnosis a esos momentos traumáticos que más resuenan en su vida actual. A través de este proceso la persona se hace consciente de los eventos del pasado que condicionan su enfermedad de ahora, pudiendo reevaluarlos en su justo contexto, obteniendo como resultado la desaparición de la sintomatología del hoy.
Terapia de desobsesión
El Espiritismo descubre la realidad de una enfermedad mental de origen espiritual llamada Obsesión[4]. Esta se define como el dominio mental pernicioso que un Espíritu ejerce sobre otro, por diversos motivos y mediante la utilización de diferentes procedimientos, provocando en la víctima numerosos desajustes físicos, psicológicos y morales, que afectan su salud y alteran su comportamiento. En su forma más severa (la subyugación) la víctima es llevada por su Espíritu obsesor a conductas similares a las de la esquizofrenia, llevando al paciente a ser tratado erróneamente como tal sin serlo en realidad.
El diagnóstico de esta condición es por vía mediúmnica, al lograr descubrir la presencia de Espíritus obsesores y las causas que originan la situación. El tratamiento también requiere de la utilización del instrumento mediúmnico para poder entablar un proceso de educación y moralización del obsesor cuando este está desencarnado, hasta lograr por medio de la persuasión, del arrepentimiento y del perdón la solución intrínseca del conflicto.
Psicoterapia mediúmnica
La psicoterapia mediúmnica es el proceso a través del cual el médium sirve de canalizador para la comunicación inter-dimensional, logrando la salud emocional de los intermediados: encarnados y desencarnados. Le ofrece consuelo a los que sufren por la “pérdida física” de sus seres queridos calmando sus pesares al demostrar patentemente que ellos aún viven, que no han dejado de ser, que conservan su personalidad, sus recuerdos, sus emociones; que los tenemos cerca, que están bien y que los reencontraremos en un futuro. Ofreciéndoles puertas a los vivos desencarnados que se encuentran desorientados, atormentados o preocupados por asuntos que dejaron pendientes de resolver para que puedan esclarecerlos y rectificarlos; para que el proceso del perdón se realice; para que la paz interior de los aludidos se concretice. De igual manera, permite que Espíritus de mayor evolución nos ofrezcan experiencias vivenciales y conocimientos, fortificando nuestro interés en el cultivo constante de nuestro progreso moral e intelectual.
Terapia para el desarrollo mediúmnico
Es un taller práctico a través del cual una persona poseedora de la capacidad mediúmnica (Médium) acepta la realidad de que es poseedora de ésta, la comprende en su real significado y la utiliza con naturalidad y satisfacción personal. Esto ocurre desde el momento en que el Espiritismo reconoce como algo real y normal la capacidad mediúmnica. Esto se traduce en un alivio emocional para el Médium cuando puede utilizarla libremente para propósitos nobles. Antes de este descubrimiento a las personas poseedoras de esta capacidad se les consideraba anormales y enfermas, marginándolas de la sociedad y del desenvolvimiento normal de sus vidas.
La psiquiatría los etiqueta como esquizofrénicos y las religiones como endemoniados, tratando de inhibirla o proscribirla usando drogas o exorcismos. El vulgo ignorante los considera magos, hechiceros o adivinos rodeándolos de una vida llena de misticismos y supersticiones. La ignorancia y la incomprensión con respecto a la capacidad mediúmnica llevan muchas veces a las personas poseedoras de esta capacidad a ser rechazadas en su ámbito familiar y social, debilitando severamente su estabilidad emocional y su autoestima, sumiéndolas en estados depresivos severos y enajenación social.
El Espiritismo reconoce que, una vez presente, la capacidad mediúmnica no puede ser inhibida o proscrita caprichosamente, sino permitida, entendida y educada con fundamento científico y ético[5]. De esta manera es canalizada como lo que es: un instrumento de investigación y de servicio. A través del enfoque espírita el médium comprende que no está loco, ni endemoniado, ni hechizado. Que es poseedor de una capacidad especial que lo habilita para el servicio de los demás de forma positiva y que la misma, cuando es canalizada apropiadamente, no le inhibe de llevar una vida personal, familiar y social saludable y plena.
Sanación mediúmnica
Representa diferentes modalidades de sanación física efectuada por Espíritus por intermedio de Médiums especialmente dotados para esta actividad. Las modalidades van desde el diagnóstico preciso de enfermedades hasta el tratamiento certero de ellas vía medicamentosa (recetas), quirúrgica (operaciones) o energética (magnetismo).
[1] Kardec, Allan. Qué es el Espiritismo. Capítulo II: Ítem # 100
[2] Kardec, Allan. Qué es el Espiritismo. Capítulo II: Ítem # 100
[3] Kardec, Allan. El Génesis. Capítulo 1: Ítem # 30
[4] Kardec, Allan. La Génesis. Capítulo XIV: Obsesiones y posesiones.
[5] Kardec, Allan. El Libro de los Médiums.
(Tomado del libro Espiritismo para curiosos y novatos de P. Serrano: Capítulo 9)